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AEGIPTO

SOCIEDAD, LEGISLACION

MUJERES EN EL ANTIGUO EGIPTO

MUJERES EN EL ANTIGUO EGIPTO

MUJERES EN EL ANTIGUO EGIPTO

 

La mujer en el Egipto faraónico disfrutaba en un plano de casi total igualdad con el hombre.

 

Por ejemplo en algunos aspectos era superior al del hombre. De hecho el concepto de matrimonio y la forma de concertarlo era todo un ejemplo de derecho matrimonial pensado para proteger fundamentalmente la situación de la mujer y de sus descendientes. Ya que estaba enfocado a garantizar la situación de la mujer en caso de divorcio. Por distintos textos (Museos de Praga, Berlín, el Louvre) sabemos que si bien no era obligatorio el suscribir ningún tipo de contrato, en general se solían firmar. Incluso existen documentos en los que solo figura la firma del escriba lo que era más que suficiente ya que garantizaba la realidad del acto (a modo de los modernos fedatarios públicos o notarios). No obstante por el texto " El cuento de Khaemuas" sabemos que ninguna dama de "clase alta" aceptaba una unión hasta que no se definía cual era su régimen jurídico matrimonial. Ya que no existía un único modelo de régimen matrimonial y se podían dar diversas situaciones.

Por tanto el matrimonio no dependía de ninguna ley expresa, si bien entraba dentro del derecho consuetudinario egipcio.

  

La  mujer tenia acceso a la carrera del funcionariado que era, después de la nobleza propiamente dicha, el camino para llegar a las más altas cotas del poder político y social.

Dentro de este estado de igualdad la mujer desempeñó oficios de los más variado. Desde profesiones modestas de tipo manual hasta incluso el caso de ser juez y visir como es el caso de la dama Nebet. O practicar la medicina y la cirugía como es el caso de Peseshet.

Por tanto la profesión o el oficio de escriba no podía ser menos. Las mujeres que habían realizado estudios de escriba podían entrar en la administración, como es indudable por sus títulos. De los que tenemos constancia por Fischer que catalogó  25 diferentes. Entre ellos los de intendente, Jefe del Departamento de los Almacenes, Controladora de los Almacenes Reales, Inspectora del Comedor, Inspectora del Tesoro, Mayordomo de las Estancias Reales, Intendente de los Sacerdotes Funerarios, Etc. Etc. Etc.

El periodo en que hubo más mujeres en la administración fue en el Imperio Antiguo, declinando durante el Imperio Medio y resurgiendo fuertemente su presencia durante el Imperio Nuevo.

 

Es evidente que no era lo mismo pertenecer a la nobleza, a la clase social de los altos funcionarios o ser una sierva. Pero incluso en este último caso la sierva podía ser casada con un hombre libre y ser manumitida. Con lo que sus hijos e hijas alcanzaba el pleno derecho de ser libres a todos los efectos y con todos los derechos inherentes a su condición de hombres y mujeres libres. Pero también podía darse el caso contrario, el de un siervo que fuese manumitido por matrimonio. Con lo que como podemos ver la igualdad era clara.

 

Asimismo, la mujer podía testar libremente y  disponer de su patrimonio.  Un hecho relevante es la igualdad sucesoria de los hijos e hijas sin distinción del sexo. Está claro que cada miembro de la familia poseía sus propios bienes y podía disponer libremente de ellos.

 

La mujer también tenía acceso al clero. Si bien el titulo de sacerdotisa se da cuanto más antiguo es el periodo al que nos remontamos.

 

En cuanto al adulterio, diré que era llamado entre los egipcios "gran crimen", ya que concebían el matrimonio como estado ideal. Pero no era punible solamente para la mujer, lo era para ambos cónyuges. De hecho en la "declaración de inocencia" Capitulo CXXV del Libro de los Muertos (Salida del alma hacia la luz del día) se dice .....

 

¡OH tú, espíritu Uamenti, que surges de las cuevas de la tortura!

Yo nunca cometí adulterio.

 

La condena por adulterio podía entrañar la perdida de la propia vida a manos de un cocodrilo (mejor dicho, entre sus fauces)  Pero esto es la teoría, lo cierto es que la sociedad egipcia era bastante más permisiva y tolerante. Y los encargados de aplicar las leyes eran comprensivos y bastante conciliadores en este tema.

 

Un cordial saludo.

Jc Bukowski